Los beneficios del agua con gas

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El agua carbonatada disminuye el riesgo de diabetes, osteoporosis, hipertensión y la obesidad
En la época de verano las opciones para hidratarse se multiplican y, no siempre, son del todo saludables para nuestro cuerpo. Con cierta sorpresa, estamos asistiendo a un gran auge del consumo del agua con gas, como alternativa a los refrescos azucarados o bebidas alcohólicas. El consumo de esta agua tiene notables beneficios para la salud, destacando: el descenso en el riesgo de enfermedades como la hipertensión, la osteoporosis, la diabetes y la obesidad para las mujeres que ya han entrado en la menopausia también protege de riesgos cardiovasculares Se debe principalmente a que el efecto alcalinizante del agua carbonatada: que reduce la acidez del estómago durante la digestión mejora el metabolismo de los lípidos disminuye los niveles de glucosa favorece la saciedad efecto de reducción del colesterol LDL aporta minerales, entre los que destacan el calcio y magnesio. A la hora de hablar del agua con gas, que es agua con anhídrido carbónico, responsable de las burbujas, hay que diferenciar en dos grandes grupos. Las que ya tienen el ácido carbónico de manera natural, desde el manantial Las aguas minerales gasificadas, a las que se les ha añadido posteriormente el ácido carbónico. Pese a las ventajas, los expertos recomiendan tomar el agua con gas con moderación, no superando los dos vasos durante una comida. Además, insisten en que no está recomendada para toda la población, como en estos casos: reflujo esofágico hernia de hiato o aerofagia (acumulación de gases en el estómago), deberían evitarla colon irritable o EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica)